jueves, 2 de junio de 2011

Que nadie le tosa a la única diva que tiene España: Madame Mónica Naranjo



VER VANITY
@Juan Manuel Fernández - 02/06/2011

Todos los años, en el día de su cumpleaños, la Reina Isabel II decide conceder a unos pocos elegidos el título honorífico de caballero como reconocimiento a la promoción que han hecho de Gran Bretaña en el mundo. Pues bien, salvando las distancias y sin ánimo de hacer comparaciones, Mónica Naranjo se ha ganado el título honorífico de dama de la canción gracias a su último espectáculo Madame Noir, donde demuestra que sólo hace falta una gran voz y un piano para ganarse casi diez minutos de aplausos.

No existen palabras para describir el talento y la destreza vocal de la de Figueras en este show que se desarrolla durante el rodaje de una película de los años 50 y en el que la propia Naranjo se atreve a interpretar. De hecho, ni siquiera su excelente letrista de cabecera, José Manuel Navarro, lo tendría fácil para encontrar las palabras que describan el sentimiento que provoca la señora Naranjo a la hora de cantar esas canciones, que como ya dijo Liza Minelli de Mina Mazzini, están interpretadas de la misma forma que fueron escritas: con el corazón.
Y por eso, porque Naranjo canta con todo su sentimiento, el público se lo agradece levantándose una y otra vez para aplaudirla, para agradecerle esos momentos de felicidad musical, de disfrute. Pocas lo consiguen en estos tiempos en los que cualquiera se hace llamar diva. ¡Qué sinvergonzonería por parte de ellas! No me juzguen, señores. No estoy claudicando ante la de Figueras, a pesar de que en ocasiones ella misma toma ciertos poses de diva en la vida real como hace el egocéntrico personaje que interpreta en el show.

Pero hay que perdonárselo. Hoy en día quedan pocas divas como ella. Divas al estilo de Edith Piath o la citada Mina. Damas de la canción que en ocasiones sean algo inaccesibles haciendo más mágico el momento del encuentro. Artistas que transmitan algo especial cuando hablas de tú a tú con ellas. Señoras con letras mayúsculas que se atrevan, casi rozando la cuarentena, a subirse a un escenario para interpretar por primera vez en su vida. Que descubran al público una vis cómica hasta entonces desconocida. Personas despreocupadas ante lo que puedan publicar de ella tras una entrevista porque saben que lo importante es su voz. Nada de portadas para calentar al personal y nada de oscuras historias sentimentales. Ella está donde está por su valía.

Por eso, después de ver el espéctaculo, uno no puede dejar de pensar en un momento en el que se explica perfectamente este hecho. En él, el alter ego de la cantante, la diva Madame Noir, le pide a su ayudante que desinfecte su mano después de que un fan le haya besado. No es nada más que una metáfora. Es lo que podría hacer perfectamente Naranjo con todas esas pseudo cantantuchas que se empeñan en triunfar, como si el triunfo en la música estuviera al alcance de cualquiera. ¡Que nadie le tosa a la única diva que tiene España!

Y sino acérquense a escucharla. A quedarse boquiabiertos tras escuchar en su voz canciones como E poi, E penso a te, Cry me a river, Ahora, ahora, Balada para mi muerte o el Nessun Dorma final. Ese éxtasis musical no tiene precio.
** La gira Madame Noir pasará por Granada (3 de junio), Roquetas de Mar (4), Barcelona (11), Murcia (17 de septiembre), Las Palmas (1 y 2 de octubre) y Zaragoza (14).




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