Mónica Naranjo. Cantante y compositora. Trui Teatre la recibirá el próximo día 9.
m. elena vallés. palma Ver DIARIO DE MALLORCA
Mónica Naranjo. Cantante y compositora. Terminó 'Adagio Tour' y, casi sin respirar, se puso en la piel de Madame Noir, una diva de los años cincuenta que junto a un piano de cola interpreta temas propios como 'Enamorada'. La de Figueras también se atreverá con 'Nessun dorma', aria de 'Turandot' (Puccini). Trui Teatre la recibirá el próximo día 9.
—De maruja asesina [tuvo en papel en la película] a femme fatale, ¿cómo lleva la emancipación femenina?
—Muy bien. Aún mejor teniendo en cuenta que en los años 50 no había emancipación. Madame Noir es además apasionadamente cínica. Aunque ella no es consciente de nada. Tiene tanto miedo que no se ve ni los pies.
—¿A la maruja hispánica hay que protegerla como al lince ibérico?
—A las marujas de todo el mundo hay que cuidarlas mucho. Son las verdaderas reinas del hogar. Eso de llegar a casa y encontrarte con un guiso... Hay que hacerles un monumento. Yo no puedo disfrutar de mi madre, que está lejos. Qué pena.
—Usted ha cambiado. ¿Ser buena chica es un rollazo?
—El coñazo reside cuando callas, jodes y apañas. Mi abuela decía que las mujeres que parecen tan modositas son las que callan, joden y apañan. Una mujer auténtica, que dice lo que piensa, que parece mala... Es de ésa de la que te debes fiar. Nunca te va a dar una sorpresa.
—Si la mujer llega al poder, ¿acaba comportándose como un tío?
—No, para nada. Ni él tampoco tiene que ser como una mujer. Antes de ser un sexo somos personas. Además, el poder es muy peligroso y muy feo. Cuando una persona con buenas intenciones llega al poder debe ser justo y ponerse del lado de los buenos. Aquí la cuestión es de ser buena persona, no de sexos.
—¿Pajín o Cospedal?
—Me caen las dos de puta madre. Me parecen dos tipazas.
—Un espectáculo de los años 50, sola frente un piano de cola. ¿Naranjo se ha comido a Ute Lemper o a Edith Piaf?
—Me encanta que me nombres a esas dos artistazas. Es verdad, no había caído en que el formato de Madame Noir podía parecerse a lo que ellas hacen. Lo que pasa es que no voy a interpretar ninguna de sus canciones. Creo que no se deben tocar los temas de los grandes. Es como coger y empezar a tocar canciones de Rocío Jurado. Sí puedes hacer un homenaje, pero no manosear su repertorio.
—¿Es usted excesiva?
—El personaje es bastante excesivo. Lleva las emociones al extremo. Es un personaje que he ido creando durante muchos años. Siempre encontré más interesante el exceso que el equilibrio. Gran parte del exceso del personaje Mónica Naranjo proviene de su desequilibrio.
—¿Por su biografía personal?
—No sé. La creación está conectada a un sexto sentido, no tanto a la biografía personal. Tanto es así que a veces compongo durmiendo. Me despierto, tomo la grabadora y empiezo a cantar lo que me había venido a la cabeza. Me entrego cuando estoy en ese momento de creación. Es como si me vinieran dadas las cosas.
—¿Sabía que Lady Gaga le copió hace poco la melena bicolor?
—No lo sabía, pero me encanta que así sea. Lady Gaga me parece una artistaza, una gran showoman.
—¿Usted de qué color no ha ido todavía?
—No sé. He ido hasta de pelirroja. Si me viene a la cabeza algún peinado, me lo haré. Pero cada día tengo menos paciencia para estar en una peluquería horas y horas. Ahora llevo mi color natural, castaño claro. Pero de tinte. Desde los veinte y pico me pongo color porque soy blanca.
—Tigresa de Figueras, ¿se cambiaría por la princesa Charlene de Mónaco?
—No. Lo de princesa es una vida muy esclava de la que dependen muchas cosas a nivel político y mundial. Siendo artista soy mucho más libre. Mi libertad la valoro por encima de todo.
—Se han empeñado en comparar a Charlene con Grace Kelly y...
—¡No se parecen! La de ahora no tiene ni el ángel ni la elegancia especial de Kelly.
—Amy Winehouse suspende su gira por problemas de salud. ¿El mundo de la música hace a un artista más vulnerable ante las drogas?
—Primero de todo: nadie te obliga a drogarte. Una persona cuando toma la decisión de drogarse es porque tiene muchos problemas psicológicos y la autoestima muy baja. Para su dolencia existen terapeutas. Si los que pasamos por una adversidad nos drogáramos cada vez, mal andaríamos. Las drogas no tienen nada que ver con el mundo del espectáculo.
—¿Qué le recomendaría a un artista que toca fondo?
—Lo que le diría es "felicidades" o "enhorabuena". No hay mejor cosa en la vida que tocar fondo. Porque a partir de ahí sólo puedes subir.
—Fuera ya de su discográfica habitual, ¿se baja música de internet?
—Claro. Si no me la bajara, sería la última persona estúpida del mundo. Pero lo hago con medida. No me bajo mucha porque no tengo tiempo para escucharla. La que me gusta, luego me la compro en el iTunes y la meto en el iPod. Pero eso de comprar discos sin antes escucharlos no vuelvo a hacerlo. Las discográficas le toman el pelo al consumidor y destrozan al artista. Pocos discos que salen a la venta valen la pena. Las multinacionales han hecho tantas aberraciones que hoy lo pagamos los artistas. Estas empresas no dejan ni crecer ni renovarse a los artistas. Las grandes discográficas están sordas. Por el mero hecho de que compongas, una discográfica no te puede pedir tras entregar un disco que hagas otro en equis meses, porque te va a salir una soberana mierda.
—No se altere. ¿Cómo le pilla el cambio de ciclo político?
—En paz. A los cambios políticos tienes que darles la bienvenida así y poner tus energías para que la cosa mejore. Me niego a ser destructiva. Quien ahora llegue al poder debe tener principios, pensar en la ciudadanía y ser buena gente. Mira, lo de los indignados me parece muy bien: reivindican en paz.
—Una curiosidad: ¿conoce algo de música indie?
—No mucha. Estoy desconectada de este tipo de música.
—Prepara una ópera rock. ¿Una vuelta de tuerca a Nina Hagen?
—Me encanta Nina Hagen, pero esto no tiene nada que ver porque es rock sinfónico. Este mes grabamos con la orquesta. Los metaleros ya han pasado por el estudio. La cosa está avanzada. Es algo muy especial: un paquete en el que vienen un libro y un disco.
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