Muchos artistas se pasan la vida buscando su sitio. Yo lo he encontrado
Sábado, 10 de julio de 2010, Nacho Gallego.
La artista catalana ofrecerá esta noche (22.30 horas - Murallas Reales) uno de los últimos conciertos en España de su gira ‘Adagio Tour’. En plena madurez musical y creciendo, ha apostado por lo sinfónico.
Una espectacular Mónica Naranjo aterrizará hoy en las Murallas Reales para deleitar al público ceutí con una exquisitez: uno de los conciertos de su ‘Adagio Tour’. Su versión más sinfónica y explosiva dejará huella en las piedras del conjunto monumental a base de recorrer los mejores temas de toda su carrera acompañada por una orquesta, todo un lujo para los tiempos que corren. Ella se encuentran en un momento de gracia, artísticamente hablando, y eso se refleja en el alto nivel de la gira. ‘El Faro’ se acercó a la artista para descubrir al genio que lleva dentro de ella y que se sube al escenario cada noche para sorprender a los espectadores.
–Usted es una artista con letras mayúsculas que puede presumir de haber vendido más de ocho millones de discos en todo el mundo a lo largo de su carrera. En una época de crisis del mercado musical, ¿cuál es su secreto?
–La vida me enseñó hace mucho tiempo que todos deberíamos hacer caso a la intuición y aprender a escuchar al corazón.
–Su último disco, 'Adagio', es una revisión sinfónica de los éxitos de su carrera. Este formato no suele ser el habitual para artista de música popular. ¿Por qué eligió estar arropada por una orquesta?
–Porque me apetecía volver al pasado, al conservatorio, a mi formación clásica. Lo atractivo de casi todo ser humano es que después de dar mil vueltas por la vida siempre volvemos al mismo punto de partida.
–Como bien ha dicho su último trabajo es una vuelta a sus orígenes, al los inicios y al conservatorio ¿Cómo recuerda toda aquella época?
–Aquella época la recuerdo como una de las mejores de mi infancia. El conservatorio y los payasos de la tele me ayudaron a escudar la difícil situación familiar que me rodeaba.
–Precisamente su formación musical le ha permitido cantar con personas como Luciano Pavarotti, que le invitó para una gala. ¿Qué supuso para usted compartir escenario con un genio tan grande como él?
–Fue todo un honor y un privilegio compartir aquella semana en Módena con él. Fue un compañero extremadamente generoso en cuanto a su experiencia y su hospitalidad. Aquella semana hice un súper máster y él fue mi gran maestro.
–De niña conoció a Salvador Dalí. ¿Le marcó de algún modo haber podido cruzar pensamientos con 'El Divino'?
–Era muy pequeña cuando le conocí y no era consciente del gran artista y sabio que él era. Tiempo después de su muerte empecé analizar algunas de aquellas frases que tanto me habían impactado pero que en aquel entonces no entendí y hoy una de ellas es como un catecismo para mí.
–Aprovechando que hablamos de gente con la que ha compartido diversos momentos de su vida, también tuvo la oportunidad de cantar con Rocío Jurado. ¿Con qué se queda de aquel encuentro entre ambas?
–Con una gran actuación y una muy amarga despedida. Fue un extraordinario ser humano, una persona que siempre supo amar.
–Además tengo entendido que usted respeta mucho el flamenco, no obstante su padre es de Granada y seguidor de Camarón. ¿Se atreverá algún día con este estilo?
–Me atrevo con las fusiones y los mestizajes, ¡pero el flamenco es para los verdaderos pura sangre!
–'La pantera de Figueras' tiene sangre andaluza y egipcia, pero también fama de diva (en el buen sentido), pasional, rebelde e impetuosa. ¿Cuánto de todo eso es cierto?
–El personaje todo lo vive al límite, pero la persona dista mucho de todo lo que ese personaje representa en su día a día. Nunca la invito a comer a casa (risas).
–Entonces, ¿hay mucha diferencia entre Mónica Naranjo y el personaje que se sube al escenario? ¿Es fácil controlar las barreras entre ambas?
–Son dos seres completamente opuestos y con el tiempo se ha hecho fácil llevarlos y saber cuál es el lugar de cada una de las mujeres en cada momento.
–En una revista leí que el origen del título de su disco 'Chicas malas' venía de una frase de Mae West: “Las chicas buenas van al cielo, pero las malas van a todas partes”. ¿Es una filosofía de vida que le gusta y comparte, o sólo una cita famosa?
–Fue más bien el guiño de picardía a un disco.
–Precisamente con la versión en inglés de ese disco, 'Bad Girls', intentó dar un salto al mercado internacional que no terminó de cuajar y, curiosamente, este salto se ha producido con sus últimos trabajos, que se han editado tanto en España y Méjico como en Alemania y Estados Unidos. ¿Ha sido algo buscado o una casualidad?
–Yo no espero nada de este negocio, no ansío nada más que el poder compartir mi trabajo con los demás y disfrutarlo. Antes era ambiciosa, estaba sola y el trabajo era la única cosa que tenía y me ayudaba a no pensar en mis carencias. Hoy, gracias a Dios, todo aquel escenario ha cambiado. Un día me armé de valor y desaparecí con la única intención de la de aprender a vivir y conocerme. Hoy soy madre y mi única ambición es ver a mi hijo sano, feliz y que nunca deje de ser la buena persona que es. Los hijos siempre son la verdadera historia de amor de nuestras vidas ¡y eso hay que vivirlo a tope!
–Hablando de hacerse internacional, en la Red existe incluso una web oficial de Mónica Naranjo en japonés. ¿Va a conquistar el mercado asiático?
–Hombre... la palabra conquistar queda un poco altiva, mejor digamos que vamos a seguir compartiendo esta aventura con mas paises del resto del mundo.
–Remitiéndome al comienzo de su carrera. Usted llegó con 18 años a Méjico y obtuvo un éxito fulgurante. ¿Cómo fueron esos inicios musicales?
–Duros en cuanto a la lejanía y la soledad, pero muy instructivos y adrenalínicos. Apenas descansaba, fue una auténtica avalancha de trabajo y de éxito en todo el continente americano.
– Usted ha afirmado que “su discográfica al principio no la comprendía como artista ni a su disco”. ¿Cree que eso ha cambiado mucho?
–La industria ya no es lo que era y aquellas personas ya no están activas. Yo vengo de una época en la que las multinacionales fichaban al año un gran número de artistas entendieran o no entendieran sus trabajos. ¡Yo pertenecía al grupo de las raras!¡Y de hecho, ahí me he quedado!
–Lo que seguro que ha cambiado durante todo este tiempo ha sido su imagen. Ha pasado de tener el pelo bicolor hasta estar prácticamente rapada y ahora al natural. ¿Por qué tanto cambio de look?
–Bueno, era una manera de esconder la timidez y la inseguridad. Hoy tengo más pánico escénico que entonces pero me siento más segura como mujer, es lo positivo que tiene cumplir años.
–A pesar de ser cantante es una persona que respeta mucho el silencio, por lo que he podido ver en sus entrevistas. ¿El silencio es un bien preciado?
–Para mí el silencio es imprescindible en mi día a día, de hecho forma parte de mi disciplina diaria.
–Si hablamos de silencio es prácticamente inevitable preguntarle por su retiro durante casi siete años. Supongo que ahora mismo se lo pregunta todo el mundo, pero ¿por qué necesitó retirarse del mundo artístico?
–Si no me hubiera retirado habría acabado matando al personaje y nunca más hubiera regresado. Lo hice por salud y no dudaría en volverlo hacer. Fue un acto de supervivencia y de necesidad de estar conmigo misma y así poder enfrentarme al verdadero significado de la vida.
–¿Tuvo que volver a aprender a vivir (en cierto modo)?
–Sí, algo así.
–Por fortuna, para todos los que la siguen y para el mundo artístico, ahora mismo está usted haciendo lo que le apetece, musicalmente hablando. ¿Es ahora más Mónica Naranjo que antes?
–Muchos artistas se pasan toda la vida recorriendo un sin fin de escenarios y nunca terminan de encontrar su sitio. Yo por fortuna lo he encontrado.
–Usted es un animal de escenario y, en varias ocasiones, ha manifestado que prefiere los directos. ¿Qué supone un escenario para usted?
–Un escenario es el hogar de las emociones.
–Fuera de los escenarios también es una gran artista. De hecho ha realizado varios cameos en el mundo del cine ('Marujas asesinas' y 'Yo, puta'). ¿Le gustaría actuar más?
–¡No soy actriz! Cuando alguna vez he intervenido en alguna película lo he hecho siempre por amistad con el director y por las risas.
–El colectivo de gays y lesbianas le tiene un especial cariño a su figura. ¿Por qué cree que la aprecian tanto?
–Nunca lo he sabido pero el cariño, apoyo y respeto es mutuo. Desde muy niña siempre estuve dentro del ambiente y conocí a grandes artistas de los que aprendí muchísimo.
–Para terminar, me gustaría que nos desvelara algún pequeño secreto en forma de frase que le haya ayudado a seguir adelante todo este tiempo...
–Que la adversidad es lo que más nos va a fortalecer.
‘La Pantera de Figueras’, Pepe Herrero y la Symphonic Film Orchestra de Madrid
Para llevar a cabo esta idea Mónica Naranjo ha buscado personalmente entre los nuevos valores de la música clásica española hasta encontrar al compositor Pepe Herrero, que ha entendido perfectamente el concepto que ella planteaba. Él es el elegido para encargarse de la dirección musical de esta gira. Juntos han trabajado en la selección de repertorio y en la adaptación del mismo a los arreglos clásicos creando temas que reflejan la intención de la artista y aportan a los espectadores nuevos matices y emociones. Por otro lado, la ‘Symphonic Film Orchestra de Madrid’, creada por el propio Herrero, acompaña a la artista en ‘Adagio Tour’, trasladando una selección de temas de su repertorio al mundo de la música sinfónica y creando un ambiente de magia, pasión y romanticismo, ofreciendo desde pasajes de preciosa y delicada sutileza, hasta apoteósicos tuttis orquestales.
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