Un acierto de la Fundación Ciudad de Cultura en su programa '¡Salamanca es Música'! permitir disfrutar del embrujo de Mónica Naranjo en un concierto mágico en el CAEM, que, para disfrutar con la diva se llenó de un público entregado al que emocionó y el que vibró con esa simbiosis de voz y buena música
18/03/2010
REP. GRÁF.: LUIS FALCÓN
'Adagio Tour' es una serie de conciertos realizados por Mónica Naranjo por teatros españoles y américanos acompañada por la Symphonic Film Orchestra de Madrid junto al coro Nur, con dirección y adaptaciones de Pepe Herrero. Su inicio tuvo lugar en Granada el 14 de mayo de 2009 y el lugar donde tuvo la grabación de esta gira fue en México D.F. para ser publicada el 1 de diciembre de 2009, y esta noche llegó a Salamanca que es, en definitiva, lo que nos importa.
Nos importa y mucho que el concierto ‘Adagio Tour’ ha sido, sin lugar a dudas, el mejor de los que Mónica Naranjo ha ofrecido en tierras charras. La diva catalana, porque así merece ser llamada, impactó con la puesta en escena de su show en el CAEM, ambientado de forma, digamos medio gótica, con colores aterciopelados rojos y negros, muy a tono con la vestimenta de cantante.
Con estas mimbres y una música que sabía a 'gloria bendita', Mónica Naranjo ofreció un concierto memorable, perfecto y que desde la primera canción - 'Europa'- hizo que el público, seguidores en su mayoría de la diva, se entregaran de una manera entusiasta, especial y cómplice. Un concierto, además, que demuestra el momento profesional que vive la diva catalana y que, también, ella es consciente del público fiel que la sigue, la quiere y disfruta con sus temas y, sobre todo, que la piropea de manera especial al grito archiconocido de ¡Guapa, guapa, guapa!
La complicidad fue total, no sólo por sus temas, conocidos por sus fans, sino también por esas fotografías de la infnacia de Mónica y, una verdadera obra, esa animación de una muñeca títere que no era más que el doble de la protagonista. Todo muy cuidado desde las luces al perfecto sonido como el resto de momentos especiales a lo largo del concierto.
Musicalmente de esta gira hay que mencionar ciertos arreglos musicales a algunos de sus temas más conocidos y que los ha llevado, sin exagerar, al olimpo de lo sublime, tales como 'Sobreviviré', 'Desátame' que desató la locura en el teatro, 'Ámame o déjame' como pedían sus seguidores -de todas las edades, eh y muchos jóvenes guapos con sus mamás-, 'Usted' con todo el respeto a su música y 'Siempre fuiste mío', porque mío/nuestro fue el concierto. Un concierto, resumiendo, completísimo -y no me gustan los 'ismos'- en el que, repito nuevamente, destaca la perfecta interpretación de la Symphonic Film Orchestra de Madrid, dirigida por un magistral maestro, Pepe Herrero -por cierto, qué gran melena-.
Sería interminable ir desgranando las emociones vividas y sentidas con cada canción, desde el tango 'Qué imposible' con rosa roja incluida hasta una Caperucita Roja que interpretaba magistralmente 'Usted' -conocía este tema, pero no con el ritmo de una sinfónica-. Y qué decir de ese portento de voz con 'Empiezo a recordarte', sutileza, delicadeza, emoción y sentimiento que el público vibraba. Seguía la noche con 'Sobreviviré' y 'Todo mentira'. Pero debo destacar esos ritmos árabes que pulsaron en lo más hondo de mi sentimiento, que me transportaron a otros lugares y otras gentes tanto en Marraquech, Estambul, Tánger, El Cairo o 'Kambalaya'. Fue el momento más especial en mi nuevo encuentro con Mónica Naranjo, ya que desde aquellos días de Madrid y su noche había un tanto abandonado.
Un alto, un pequeño salto en la música y en la voz de esta sublime cantante para terminar como dice su canción, 'Amor y lujo' y, todo ello, a pesar de un impertinente flash.
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