MÓNICA NARANJO, CANTANTE
Con todas las localidades agotadas, la diva regresó a los escenarios ayer en Roquetas de Mar con su show más espectacular
Si algo caracteriza a una diva es la capacidad de renovación, de darle la vuelta una y otra vez a todo para sorprender de nuevo a un público eufórico y entregado. Puede que esa sea precisamente la clave del éxito de una artista como Mónica Naranjo (Gerona, 1974), más allá de la incuestionable capacidad vocal que la encumbrara hace ya 22 años como una de las mejores voces de la escena mundial. Su nueva vuelta de tuerca coincide con la celebración de su 40 cumpleaños, un ecuador vital en el que la artista se siente mejor que nunca y que refleja en su nueva gira ‘Tour 4.0’. El espectacular show, que estrenó ayer sábado en Roquetas del Mar con las localidades agotadas, incluye media docena de músicos, coros, bailarines, acróbatas y artistas performance. Una puesta en escena de lujo para reencontrase con el público y hacer balance reinterpretando en clave electro-rock canciones que ya forman parte de la historia.
- Celebra su 40 cumpleaños y lo hace sobre los escenarios, ¿cómo andan los ánimos?
Los 40 me han quedado geniales, me han sentado súper bien, me encuentro mejor ahora que cuando tenía 22. Más vivida, con más energía, con más ímpetu, pero también con más cabeza y más equilibrio, así que bienvenidos.
- ¿Es el momento ideal para hacer balance vital y profesional?
Para las mujeres sí, es un poco el ecuador en nuestra vida. Es pararse a decir he vivido esto, he pasado por esto y bendita madurez la que se aproxima. Definitivamente es el ecuador femenino.
- ¿Cuál ha sido la gran lección aprendida?
Siempre son las cosas negativas que te puedan pasar en la vida y, mira que a veces los seres humanos nos quejamos, lloramos y gritamos, pero luego entendemos que tenía que pasar para crecer y ser mejores personas, que era lo que tocaba. Después de haber conocido esos momentos creo que si ha tocado pasar por ello es porque algo muy bueno está por aparecer y tengo que prepararme para ello.
-¿Llora mucho Mónica Naranjo?
Como dicen en mi pueblo, soy bastante ‘floramicas’, vamos, que soy llorona. Soy muy pava para mis cosas, cuando le pasa algo a una amiga, o veo una película… No lo puedo evitar, lo paso fatal, creo que estoy constantemente hormonando.
- Sobre el escenario se quita las penas a lo grande: coros, bailarines, acróbatas, performance…
Después de las últimas giras de clásico me apetecía volver a hacer un espectáculo de rock algo más salvaje, darle un poquito más de cera. Ahora cuando termino los ensayos me duele hasta la raíz del pelo y tengo que tomarme un ibuprofeno antes de dormir, pero siempre queremos más, es un derroche total de energía.
- ¿Ha logrado su objetivo?
Lo que presento ahora es lo más salvaje que he hecho en mi vida. Me hacía falta, llego a los 40 años más revolucionaria. No hay que olvidar que un espectáculo es el sello del artista y muestra cómo se encuentra en ese momento. Yo estoy como nunca.
- El tono lo tenía claro, ¿sucedió lo mismo con la selección de temas?
Ha sido muy complicado. Después de 22 años de carrera imagina el repertorio que existe. No te das cuenta hasta que lo juntas y te preguntas ¿todo esto he hecho? Es complicado escoger once cortes. Al final decidí escoger lo más significativo para mí, dentro de lo más positivo y lo más negativo que me había pasado en la vida. Eso es lo que más marca y lo que te hace aprender.
- Incluye temas con más compromiso como ‘Europa’, ¿tienen un significado distinto este tipo de composiones?
Cuando hago música, fluyo. Me dejo llevar. Me bajo al estudio, empiezo a componer y en ningún momento pienso qué estoy haciendo o hacia dónde voy, simplemente me dejo llevar. He intentado hacer lo mismo con las producciones. Cuando compones una canción, ya te pide cómo tiene que ser la programación, cómo tiene que ser el arreglo. Lo que hago es darle a la canción lo que necesita, no lo que necesito yo ni siquiera lo que necesita el público, sino lo que necesita la canción para crecer.
- ¿Es una cuestión de valentía?
Más que valiente creo que se trata de ser honesta con lo que estás haciendo. Siempre he sido muy honesta con mi trabajo y cuando no lo he sido ha sido la cagada más grande que he podido cometer.
- ¿Se siente más usted misma que antes?
Sí, pero para aquí tienes que intentar muchas cosas y ser muy radical con otras. A día de hoy puedo permitirme hacer las producciones que hago porque no dependo de nadie. Es un momento difícil para depender de las discográficas porque, desgraciadamente, cuando planteas una idea sienten vértigo. Ante todo, la mayoría de ellos no son músicos sino ejecutivos. Si en cambio tu les das el proyecto y ellos lo alquilan para distribuirlo, el vértigo es menor, pero hay que ser valiente.
- ¿Cómo anda su historia de amor con el público español?
Cuando la compañía que te ha fichado no entiende el producto, no puedes culpar al público porque no lo entiendan, es que no llega. Cuando empecé hace 22 años la gente no sabía quién era y no se le dio una oportunidad al disco. Tenía 18 años y la discográfica me brindó la oportunidad de iniciar mi carrera en México hasta que, al cabo de unos años, decidió trabajar en España, pero ya había muchas copias vendidas que respaldaban esa apuesta. Al principio, ante el desconocimiento y la ignorancia, uno se siente frustrado pero con el tiempo me di cuenta de que debía ser así.
- ¿Da respeto revisar temas ya míticos?
Es el eterno dilema. Cuando haces un trabajo no le puede gustar a todo el mundo, hay gente incondicional a la que le ha fascinado el proyecto y otros más románticos con el pasado y no les ha enamorado. Contra eso no puedes hacer nada. Ojalá hubiera una receta para poner de acuerdo a todo el mundo pero eso no existe y, además, sería aburrido. Los proyectos, si los concibes desde la naturalidad y desde el momento en el que te encuentras, son un tesoro.
- Además de la música, anda enredada en televisión, con una ópera y con una comunidad de promoción de artista, ¿de dónde saca el tiempo?
Te sorprendería el tiempo que te queda libre cuando tus hijos se hacen mayores. El mío ya tiene 21 y he pasado de ser la mujer de su vida a ser la segunda. Todo el tiempo que le dedicaba a él te queda para ti, para tus pendientes, para realizarte y no aburrirte.
- ¿Qué opina su hijo de la Mónica Naranjo artista y la Mónica Naranjo mamá?
Él adora a su madre y no piensa en que eres Mónica Naranjo ni un segundo. Recuerdo una vez que, siendo muy pequeño, llegué a casa sin tiempo de quitarme el maquillaje, después de coger el primer avión que pude para llegar a casa y al menos darle el beso de buenas noches. Se quedó espantado y me dijo: ¡Quítate a Mónica Naranjo por favor, quítatela, quítatela!”.
- ¿Le resulta fácil quitarse a Mónica Naranjo?
La cuelgo en cuanto salgo del escenario. Si no me volvería loca
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