La artista catalana, que presenta su nuevo videoclip «Make you rock», amadrina «Community Beat», una plataforma para la difusión de música a través de la Red
«Es una plataforma ideada para que el artista tenga un contacto más directo con el público en general». Así describe la artista catalana Mónica Naranjo el proyecto «Community Beat», con el que pretende «sacar el máximo partido» a artistas consagrados y nuevas promesas para poder difundir su música a través de internet «pero sin intermediarios, que es lo que hace elevar los costes».
Enarbolando el mensaje reivindicativo de que «el futuro está en la Red», la cantante, que acaba de estrenar su nuevo videoclip «Make you rock», se muestra convencida de que hay grandes artistas que, por falta de apoyo, se quedan en el camino. «Hay mucho más fuera que dentro» por culpa de «las políticas que hay en las compañías».
La comprometida y transgresora artista explica que «Community Beat» permitirá subir a internet un proyecto cerrado o ayudar a que ese proyecto se cierre. «No vamos a subir maquetas. No sirve como plataforma para descubrir talentos». Bajo la premisa de que el número de internautas «crece manera asombrosa en el mundo», Mónica Naranjo, desvinculada de las grandes discográficas, pretende recuperar la esencia de otras épocas donde la canción era la reina. «Hoy no se venden álbumes, se venden canciones». Porque, según comenta, «todos hemos sufrido el hecho de ir a la tienda a por un disco que nos encantaba porque sonaba una tema que escuchamos en la radio y vernos engañados por comprobar que era lo único que valía la pena».
Crítica con el modelo discográfico actual, la catalana, que prepara su sexto disco «Lubna» -una ópera rock que verá la luz el año que viene-, explica a este diario que las cosas han cambiado. «Soy de la generación del 'single' de vinilo, con una canción por cada cara -original e instrumental- por el que pagabas 250 pesetas, y el autor podría vivir seis meses o un año de ese lanzamiento. Y la gente tenía ganas de ver a ese artista porque era un buen artista y una buena canción».
Ahora, añade, «en un disco, con mucho, hay dos canciones que merecen la pena y eso es engañar al público». Pero va más allá: «Hoy, sin intermediarios ni distribuidores, tienes una puerta abierta y la gente paga lo que las cosas valen, de modo que si una canción se vende a un euro es porque eso es lo que vale». Y apunta como culpables del derrumbe de la industria discográfica a las propias compañías.
«Ese negocio está destinado a cambiar, les guste a los dinosaurios o no. El mundo de la música tal y como lo hemos conocido está dando los últimos coletazos». Ahí es donde se vuelve tajante: «Hay muchas cosas que han fastidiado la música, no solamente la piratería. Empezando desde la propia compañía, ha habido muchos errores».
Texto: J.M. Sánchez para ABC
Imagen: Key Project Creative Playground
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